domingo, 18 de octubre de 2015

Ciencia de nutrición




Por más de 50,000 años, los humanos han desarrollado un gran instinto de supervivencia a través del almacenamiento de grasas como consecuencia del “genotipo ahorrador”(1). Durante los últimos 200 años, los cambios en la dieta y el estilo de vida de los humanos han superado la habilidad de este genotipo para adaptarse a los cambios ambientales, resultando en miles de millones de personas con problemas de obesidad en el mundo actual (2-8).
Aunque los estudios muestran que el hombre primitivo, cazador-recolector, comía más de 800 tipos de plantas diferentes (9), hoy en día, en muchos países, el promedio de consumo se limita a tres porciones de frutas y verduras al día, lo que significa deficiencia en antioxidantes naturales, fotoquímicos, vitaminas y minerales esenciales para la buena salud. Comúnmente, los alimentos altamente procesados con almidones, azúcares, grasas y aceites refinados no contienen los nutrientes esenciales que se encuentran en alimentos nutritivos como las frutas y las verduras, pero si tienen más calorías en cada bocado (10).
Al mismo tiempo, los aparatos que ahorran esfuerzo y los avances en los medios de transporte durante los últimos 30 años han contribuido a un estilo de vida altamente sedentario (11). Una epidemia global de obesidad y enfermedades crónicas, cifras subestimadas con única base en el índice de masa corporal (IMC), está arrasando con el planeta a medida que la industrialización y los estándares de vida mejorados se han expandido a las áreas rurales.
Ciertos grupos étnicos, incluyendo asiáticos, indios asiáticos, latinos y los indígenas americanos, son genéticamente susceptibles al síndrome metabólico debido a la acumulación de la grasa visceral que resulta en inflamación sin ser reflejada en sus índices de masa corporal (12). Se estima que durante los próximos 10 años, la mayoría de las enfermedades cardíacas serán asociadas a la diabetes tipo 2, con multiplicación significativa en China, India, Asia Suroriental, México y Latinoamérica (13).
Existe una necesidad urgente de desarrollar posibles soluciones con énfasis en las redes de apoyo social y métodos innovadores para la integración de una dieta balanceada y un estilo de vida saludable, a través de medios gratificantes a nivel personal, ya sea con incentivos financieros o sociales (14).
El Instituto de Nutrición de Herbalife ha reunido algunas de las mentes más prestigiosas dentro de la ciencia de la nutrición del mundo de hoy para este proyecto educativo que le ofrece, no sólo la más reciente información a su disposición, sino también la integración de esta información a materiales que usted puede usar para personalizar su nutrición y estilo de vida. Nunca había sido tan importante entender la ciencia de la nutrición, ya que hoy en día la población mundial está atravesando una transición global en términos de nutrición.

Ciencia Actual



1- Las frutas y las verduras son fuentes alimenticias que contienen pigmentos coloridos.

Las frutas y las verduras son fuentes alimenticias que contienen pigmentos coloridos. Estos se consideran ser “ingredientes de alimentos funcionales debido a sus beneficios nutricionales y fitoquímicos. Los carotenoides son algunos de los fitoquímicos coloridos más vitales, los cuales se encuentran como isómeros completamente cis y trans, y son responsables de los colores brillantes de una variedad de frutas y verduras. El estudio extenso de los carotenoides con respecto a esto, incluye β-caroteno, licopeno, luteína y zeaxantina. La coloración de las frutas y verduras depende de su madurez de crecimiento, concentración de isómeros carotenoides y métodos de proceso alimenticio. Este artículo se enfoca más en varios carotenoides y los isómeros presentes en distintas frutas y verduras, junto con sus concentraciones. Los carotenoides y sus isómeros geométricos también juegan un papel importante para la protección celular de la oxidación y los daños celulares.



Muchos de los fitoquímicos que se encuentran en frutas y verduras proporcionan el color de éstas. Un sistema de codificación en color es una manera fácil para comunicarle a los consumidores la importancia del aumento en diversidad de frutas y verduras en la dieta. Los alimentos de color rojo contienen licopeno, el pigmento en los tomates, lo que se localiza en la glándula de la próstata y podría estar involucrado en mantener la salud de la próstata. Las verduras amarillo-verde, como el maíz y las verduras de hoja verde, contienen luteína y zeaxantina, lo que se localiza en la retina, donde ocurre el deterioro macular vinculado con la edad. Los alimentos de color rojo-púrpura contienen antocianinas, los cuales son antioxidantes potentes que se encuentran en las manzanas rojas, uvas, bayas y vino. Los alimentos anaranjados, que incluyen las zanahorias, mangos, albaricoques, calabaza y el zapallo, contienen beta-caroteno. Los alimentos anaranjados-amarillos, que incluyen las naranjas, mandarinas y limones, contienen flavonoides cítricos. Los alimentos verdes, que incluyen brócoli, repollitos de Bruselas y col rizada, contienen glucosinolatos. Los alimentos blanco-verde en la familia de la cebolla contienen sulfuro de alilo. Se aconseja que los consumidores ingieran una porción diaria de cada uno de los grupos mencionados arriba. La codificación en color proporciona una simplificación pero también es importante como una manera para ayudar a los consumidores a encontrar frutas y verduras comunes con facilidad mientras viajan, comen en restaurantes o en el trabajo. En casa, se necesitan maneras sencillas para preparar los alimentos fácil y rápidamente y así influenciar los patrones dietéticos.


Se conoce muy bien la evidencia de los beneficios para la salud vinculados con el consumo de una variedad de frutas y verduras (FV). La campaña "Hábito de 5 colores al día" es un esfuerzo nacional para traducir lo que es la ciencia con un mensaje para el público sobre el aumento del consumo de FV coloridas. El alcance de la traducción y la adherencia a estas recomendaciones entre las familias en un plano comunitario es una cuestión importante de salud pública. Los padres inscritos en programas educativos para los padres de 8 condados rurales de Missouri respondieron encuestas para sus hijos de edad preescolar (n = 1658) referente al consumo de FV y las dificultades para comprarlos de acuerdo al color. Según los padres, el 40% (n = 668) y el 26% (n = 425) de niños comieron de todos los 5 colores en algún momento en la semana previa. Sin embargo, ninguno de los padres y sólo 1 niño obtuvo una adherencia perfecta a las directrices (todos los 5 colores en la mayoría de los días de la semana). Los indicadores significativos fueron por no gustar del sabor y por no tener el hábito de comprar FV coloridas y no cumplir con las recomendaciones de FV rojas, amarillo/anaranjado y verde. Las intervenciones enfocadas en niños jóvenes y sus familias (por ejemplo, establecimientos de cuidado infantil, escuelas primarias) que establezcan las preferencia para FV de colores específicos podrían ser útiles pero aún quedan algunos retos


Cuatrocientos noventa hombres urbanos, principalmente inmigrantes y de raza negra, del área metropolitana de la Ciudad de Nueva York participando en el Ensayo (2005-2007) de Prevención y Concienciación sobre el Cáncer (CAP, por sus siglas en inglés) fueron asignados de manera aleatoria a uno de dos grupos de intervención: 1) Educación sobre frutas y verduras (FVE) o un grupo de comparación que recibió Educación sobre la próstata (PE). Ambas intervenciones implicaron un panfleto por correo y dos llamadas telefónicas educativas y personalizadas (TTE). Los resultados, que fueron medidos durante la línea de base y a los ocho meses, incluyeron el conocimiento de recomendaciones de Frutas y Verduras (FV), los beneficios percibidos, la etapa de disposición para adoptar las recomendaciones y el autoinforme de consumo de FV. Durante el seguimiento, el grupo FVE consumió un promedio de 1.2 más porciones de FV al día que el grupo PE (P<0.001; ajustado para la línea de base). El grupo FVE también demostró un aumento en el conocimiento sobre las cantidades recomendadas de FV (P<0.01) y los tamaños adecuados de porción (P<0.05), y en el porcentaje de los participantes pasando de una etapa menor a una mayor en la disposición para adoptar las recomendaciones de FV (P<0.05). El grupo FVE no demostró aumentos en el conocimiento vinculado con la importancia de comer una variedad colorida o en la habilidad de nombrar los beneficios potenciales para la salud. Este estudio demuestra que la educación por teléfono puede aumentar la concienciación del consumo recomendado de frutas y verduras y puede conllevar a un aumento en el consumo de estos alimentos.

VIDA SALUDABLE CON HERBALIFE




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lunes, 27 de abril de 2015

La ciencia de la condición física


Los principios implicados en la nutrición para el rendimiento físico, también conocida como la nutrición de deportistas, son construidos sobre los principios de nutrición general y la ciencia de la condición física con énfasis especial en la optimización del rendimiento físico. Una excelente nutrición forma parte esencial del programa de formación de cada atleta, y la información contenida en el Libro de Nutrición es esencial para el entendimiento de cómo aplicar adecuadamente la nutrición en el deporte
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Las áreas principales de inquietud son:
1) Consumir suficientes calorías para apoyar el buen rendimiento.
2) Consumir una cantidad balanceada de macronutrientes antes, durante y después de ejercicio.
3) Una hidratación apropiada.
Existen otras inquietudes por parte de ciertos grupos demográficos como atletas vegetarianos o veganos, o mujeres atletas – en particular aquellas que compiten en deportes que se concentran en físico culturismo o construcción corporal, como el patinaje artístico y la gimnasia.
La nutrición antes, durante y después del ejercicio tiene efectos significativos en el rendimiento físico. Una alimentación antes de la actividad impide al atleta tener hambre antes y durante el ejercicio, y esto mantiene excelentes niveles de glucosa en la sangre para el funcionamiento de los músculos. El consumo de carbohidratos antes del ejercicio puede ayudar a restaurar los bajos almacenamientos de glicógeno en el hígado, que podrían resultar, por ejemplo, después de un ayuno nocturno. Teniendo en cuenta sus preferencias y hábitos personales, la comida antes de la actividad debe ser alta en carbohidratos, baja en grasas y fibras y de fácil digestión.

La hidratación y la nutrición durante el ejercicio han revolucionado el rendimiento físico. Durante el ejercicio, los atletas deberían consumir de 30 a 60 gramos de carbohidratos cada hora (de 120 a 240 calorías en carbohidratos por hora). Ya que tanto los carbohidratos como los líquidos son necesarios durante la actividad física, las bebidas deportivas pueden ser una buena fuente para suministrarlos. Los alimentos que se usan normalmente durante la actividad física son las bebidas deportivas, carbohidratos en gel, barras de energía y plátanos (bananas). Durante la actividad vigorosa, el calor producido es disipado por el sudor. Sin embargo, el sudor intenso a largo plazo puede desafiar significativamente al atleta en cuanto al equilibrio entre electrólitos y fluidos.

Sin un control eficiente, los atletas se cansarán prematuramente y al aumentar la deshidratación se puede producir agotamiento por calor, calambres e hipertermia. Finalmente, la recuperación de la actividad intensa requiere nutrientes que volverán a suministrar glicógeno, agua, electrólitos y triglicéridos en los músculos. La nutrición apropiada durante el período de recuperación es esencial para la recuperación rápida y eficaz y para un buen rendimiento en futuras actividades o pruebas.
A largo plazo, los atletas deben prestar atención a su nutrición y acondicionamiento físico en general, además, durante la actividad física, la hidratación adecuada y obtención de electrólitos son fundamentales para mantener un buen rendimiento.

Nutrición y la piel


La piel es el órgano más grande del cuerpo y nos protege de la pérdida de agua y proteínas proporcionando una barrera contra la radiación ultravioleta y las infecciones. La piel requiere nutrientes sanos, incluso la cantidad adecuada de agua y proteínas, para mantener su función. Algunos nutrientes están concentrados en la piel. La gente que come muchas zanahorias notará que su piel toma un tono de naranja debido a la concentración de beta caroteno en la piel. Este beta caroteno puede proteger la piel de la radiación ultravioleta.
La nutrición no sólo afecta el funcionamiento cotidiano de la piel, sino que también puede influir en el riesgo de desarrollar varios tipos de lesiones cutáneas, incluso manchas por la edad y acné. Los estudios han mostrado que se puede reducir la frecuencia de manchas precancerosas (conocidas como keratoses solares) en los individuos expuestos en exceso a la luz solar al reducir el consumo de grasas en la dieta.

El acné es una condición común vinculada con la obesidad, sobre todo en mujeres con altos niveles hormonales masculinos, resultando en piel aceitosa y folículos pilosos obstruidos. El acné es más común en individuos con obesidad y diabetes que en la población en general, pero ocurre normalmente durante la pubertad cuando los niveles hormonales masculinos aumentan en jóvenes de ambos sexos.

La capa córnea, o la capa externa de la piel, está compuesta por 14 capas de células muertas desplazadas por células vivas, encontradas en las capas más profundas de la piel. Estas células muertas pueden guardar bacterias, someterse a la oxidación y afectar la salud de piel. Las capas de la piel compuestas por células vivas también se alimentan del flujo sanguíneo para poder recibir todos los nutrientes. Se ha demostrado que algunas vitaminas aplicadas a la piel son más eficientes en aumentar los niveles nutritivos en la piel, que si se toma oralmente, pero de igual manera contribuyen a los niveles de vitamina encontrados en las células de la piel. Se considera que la Vitamina A, el beta caroteno, los antioxidantes coloridos, té verde y aceite de pescado en la dieta tienen efectos positivos en la salud de piel. Una dieta que proporciona la cantidad adecuada de proteínas, grasas y aceites sanos y antioxidantes de frutas y verduras coloridas puede ayudar a mantener la piel sana.

Nutrición y el cerebro


El cerebro humano está compuesto de mil millones de células llamadas neuronas, que se comunican entre ellas enviando mensajeros químicos llamados neurotransmisores. Cuando estos químicos envían sus señales, el mensaje es amplificado eléctricamente y enviado a todas las partes del cuerpo. Los mensajeros químicos que envían señales entre neuronas incluyen la noradrenalina, la serotonina y la dopamina, que son hechos del componente básico de la proteína conocido como aminoácidos. La nutrición influye en el rendimiento mental, la energía y el humor, así como en el envejecimiento a largo plazo del tejido cerebral.

La nutrición afecta la energía mental y la función del cerebro a lo largo del día. La cafeína consumida en bebidas y suplementos mejora el rendimiento del cerebro demostrado a través de cambios positivos en la atención, el rendimiento y el humor. Los niveles bajos de azúcar en la sangre, producidos por saltarse las comidas o consumir comidas desbalanceadas causan la reducción del rendimiento mental en cuestión de horas. Por otra parte, las comidas que mantienen los niveles de azúcar de la sangre equilibrando las proteínas y los carbohidratos, mantienen un buen rendimiento mental. Esto puede explicar el porqué la energía aumenta después de una comida de alto valor proteico y/o comida alta en carbohidratos.

El cerebro: un barómetro de nutrición
Mientras ciertas vitaminas y minerales, como la Vitamina B12, son necesarios para la función cerebral normal, en el cerebro se ve reflejada la nutrición en general del individuo. Por ejemplo, tener grasa en exceso en la parte superior del cuerpo puede causar el daño de neuronas y causar inflamación. El cerebro consiste en 70 por ciento de grasa y el tipo de grasas consumidas en la dieta puede afectar la función cerebral. Los experimentos en animales han demostrado que los antioxidantes a base de alimentos de origen vegetal mejoran la memoria. El aumento de flujo de sangre al cerebro, como ocurre con la actividad física regular, también puede tener efectos beneficiosos en la función cerebral. Los estudios de la nutrición y las funciones cerebrales de las personas recién están comenzando, pero los papeles principales del mantenimiento de peso, la actividad física, el aceite de pescado y los fitonutrientes antioxidantes han sido estudiados en profundidad.


Antioxidantes


La humanidad evolucionó cuando la Tierra estaba llena de la vida vegetal, y las plantas influyeron en dicha evolución. Las plantas se relacionan con la atmósfera de una manera diferente que la gente. Mientras la gente consume el oxígeno y produce el dióxido de carbono, las plantas toman el dióxido de carbono del aire y producen el oxígeno. Este oxígeno producido por plantas es un componente químico reactivo que dañaría y mataría la planta, por esto las plantas desarrollaron la capacidad de crear antioxidantes como la Vitamina C, la Vitamina E y productos químicos para proteger sus células de los efectos perjudiciales del oxígeno. Este sistema a veces se estropea y se ve cuando las plantas de interior reciben muy poca luz o agua y sus hojas toman un color marrón.

El oxígeno que respiramos también puede dañar tejidos humanos, como el caso de los efectos perjudiciales de oxígeno al 100 por ciento en unidades de cuidado intensivo, donde el tejido pulmonar puede ser destruido de no usarse la protección adecuada. Como las plantas, los humanos desarrollamos sistemas de defensa que están basados en sustancias circulantes y proteínas. Estos sistemas son reforzados con el consumo de antioxidantes en la dieta de frutas y verduras coloridas.  Hay datos contundentes que muestran cómo las poblaciones que consumen una dieta rica en frutas y verduras coloridas presentan menos riesgos de sufrir enfermedades crónicas comunes.

Se necesita muy poco para evitar la deficiencia de vitaminas y minerales, pero los niveles óptimos del consumo de antioxidantes deben ser mayores que la cantidad necesaria para evitar la deficiencia.

Vitamina C
Por ejemplo, los humanos, a diferencia de muchas especies animales, han perdido el gen para fabricar la Vitamina C, ya que era parte de la dieta de nuestros ancestros, la cual era rica en Vitamina C proveniente de frutas y verduras. Una sola naranja contiene dos veces la cantidad recomendada de Vitamina C necesaria para prevenir la deficiencia de esta vitamina. En la década de 1750, los marineros de la marina británica desarrollaron una enfermedad por carencia de Vitamina C, llamada escorbuto, caracterizada por el sangrando de las encías, pérdida de pelo y por último, la muerte. En ese entonces los marineros no acostumbraban comer alimentos de origen vegetal cuando estaban a bordo de sus barcos. Sin embargo, desde que descubrieron que simplemente comiendo limas u otro cítrico se solucionaba el problema, las limas hicieron parte de las dietas de los marineros, por lo que los marineros británicos adquirieron el apodo en inglés de limeys.
Hoy, el consumo inadecuado de antioxidantes no es tan obvio como el escorbuto, pero se piensa que el consumo inadecuado de alimentos de origen vegetal, incluyendo frutas y verduras coloridas, tiene mucho que ver con muchas enfermedades crónicas de la tercera edad.